El Método Suzuki, también denominado Método de la Lengua Materna o Método de la Educación del Talento, es un sistema de enseñanza musical temprano de gran éxito, extendido internacionalmente, que fue creado por el profesor japonés Shinichi Suzuki, nueve veces doctor Honoris Causa. El Método Suzuki, también denominado Método de la Lengua Materna o Método de la Educación del Talento, es un sistema de enseñanza musical temprano de gran éxito, extendido internacionalmente, que fue creado por el profesor japonés Shinichi Suzuki, nueve veces doctor Honoris Causa.
El método es el único sistema pedagógico de educación instrumental diseñado expresamente en función de las características psicoevolutivas del niño en edad pre-escolar. Esta peculiaridad multiplica exponencialmente sus resultados, puesto que aprovecha la edad de máxima plasticidad del cerebro infantil. Así, entre los ex-alumnos del método se cuentan importantes figuras del panorama musical actual y profesores de escuelas de música líderes a nivel internacional. Pero además, a lo largo de sus más de ochenta años de historia, el método ha dejado una larga estela de niños, padres y profesores que aman la música y la entienden como parte de su naturaleza.
La clave del éxito del método y su mayor singularidad es que se estructura sobre los principios de aprendizaje de la lengua materna: para un adulto es tremendamente difícil aprender un idioma nuevo, sin embargo, los niños de todo el mundo aprenden sus respectivos idiomas a pesar de las complejidades que esto conlleva (gramaticales, léxicas, fonéticas, etc.) y lo hacen con entusiasmo y sin reparar en los escollos que supone para un adulto, por lo que se puede afirmar que el sistema de enseñanza más eficaz es el empleado por los padres para enseñar el idioma a sus hijos.
Shinichi Suzuki analizó y ordenó los principios de aprendizaje de la lengua materna y los extrapoló a la enseñanza musical. Suzuki comprendió que la facilidad del bebé para aprender el idioma o los idiomas de sus padres, sean cuales sean, se debe a la exposición continua y temprana, al refuerzo constante recibido de sus padres y a la facilidad con que se desarrollan en la más tierna infancia las conexiones neuronales.
Del paralelismo con el aprendizaje de la lengua materna surge un rasgo distintivo del Método Suzuki: el papel fundamental de los padres en la formación musical de sus hijos. Los padres Suzuki colaboran estrechamente con el profesor y, junto con el niño, los tres forman un equipo que trabaja en una misma dirección, gozando de la oportunidad de disfrutar juntos de la música. Para ello, en la etapa inicial de acercamiento al instrumento, el padre, la madre o ambos acompañan a su hijo durante las clases para aprender las bases de la técnica instrumental y así poder ayudar al niño en la práctica diaria en casa, lo cual redunda en el afianzamiento de los lazos paterno-filiales. De esta modo el aprendizaje no se limita al momento de la clase, sino que se prolonga diariamente en un entorno más familiar y afectivo, y se ve enriquecido por el cariño y la atención de los padres, elementos insustituibles para el desarrollo de la autoestima, la autoconfianza y la motivación, requisitos para cualquier aprendizaje y para la adquisición de habilidades, que se incorporarán automáticamente a todas las facetas del conocimiento.
La implicación personal de los padres supone un esfuerzo añadido a sus ocupaciones diarias pero, sin duda, esta dedicación de tiempo, energía y amor es la inversión más rentable que un padre puede hacer y genera beneficios directos en el presente y futuro de su hijo. Cada pequeño e importante avance del niño es de esta manera un mérito directo de los padres, cuya satisfacción se ve constantemente alimentada con el progreso diario de su hijo. Como Suzuki dice: “El objetivo de los padres que aman a sus hijos es la felicidad de éstos”.